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APEGO: VINCULOS AFECTIVOS Y PSICOPATOLOGIA

Núria Rivera



A. TEORÍA DEL APEGO
DEFINICION DEL CONCEPTO DE APEGO Y DE VÍNCULO
El modo en que las personas establecemos las relaciones o interacciones sociales tiene que ver con el vínculo y el apego.
Entendemos por vínculo la unión o «conexión» de una persona y otra. El apego hace referencia a la capacidad de establecer relaciones emocionales, lazos afectivos, con los otros.
Partiendo de estos conceptos definimos el APEGO como un tipo de vínculo afectivo especial que el individuo establece con una persona significativa. Bowlby (1998[1969], p.201) principal exponente de la Teoría del apego, dirá en un primer momento de la conducta de apego que es el resultado de la activación de sistemas de conducta que tienen una meta propuesta continua, en el sentido de un tipo de relación especial con otro individuo concreto. Defiende que el vínculo que une al niño con su madre es producto de una serie de conductas, cuya meta es aproximarse a ella (más allá de la alimentación recibida) Un tiempo después al establecimiento de esta idea, concretará la conducta de apego como cualquier forma de comportamiento que hace que una persona conserve la proximidad con otra significativa. La proximidad física a la figura de apego genera una “Base segura”, si esto se rompe generará ansiedad. Cuando la madre está presente, la mayoría de los niños se sienten más confiados y están más dispuestos a la exploración. En su ausencia, por el contrario, crece su timidez y, con no poca frecuencia, se hunden en la angustia (Bowlby, 1998, p. 285)
El vínculo más importante  en el desarrollo humano es, por tanto, el que une al niño con su madre (entiéndase para posteriores enunciados ésta o un cuidador primario, no necesariamente la madre biológica) Este vínculo temprano marcará la conducta de apego del individuo en sus distintas etapas vitales y en el establecimiento de sus futuras relaciones.
En Salud Mental y en concreto en el área del desarrollo infantil el apego se refiere a un vínculo especial caracterizado por unas cualidades únicas que se establecen entre la madre  y el niño.
Este vínculo de apego tiene unos elementos que le son característicos:
            1. Es una relación emocional perdurable con una persona específica.
            2. Dicha relación produce seguridad, sosiego, consuelo, agrado y placer.
            3. La pérdida o amenaza de pérdida de la persona evoca una intensa angustia.
El mejor ejemplo de esta relación es la relación madre-hijo. Bowlby (1958, 1998), estudió esta díada (ver más adelante en Origen e historia del concepto) Llegó a la conclusión de la importancia que esta relación de apego tiene para el futuro desarrollo emocional del niño, ya que representa el andamiaje para futuras relaciones. Una relación sólida y saludable con la madre se asocia con alta probabilidad de establecer relaciones saludables con otros, mientras que un apego pobre y deficitario parece estar asociado con dificultades en el establecimiento de las relaciones y problemas conductuales y emocionales en otras etapas de la vida.
Las experiencias de los primeros años de vida contribuyen al moldeamiento de los vínculos de apego para formar relaciones íntimas emocionalmente sanas. El afecto, la capacidad de amar, la empatía, el deseo de compartir, inhibirse de agredir… estas y otras características de una persona sana y feliz están determinadas por la capacidad de apego de la temprana infancia.
La conducta de apego de la vida adulta es una prolongación de la conducta de la infancia. Ante una enfermedad o catástrofe los adultos se vuelven más exigentes respecto a los demás. Ante un peligro repentino buscan la proximidad de alguien conocido en quien confíen.

Formas de conducta relacionadas con el apego.
Bowlby ([1969]1998, p 284) enumera  las reacciones que dan lugar a una conducta de apego:
-Tienden a acercar a la madre y mantenerla cerca del bebe         
      - Llanto          
      - Sonrisa          
- Aproximan el niño a la madre y lo mantienen próximo
       - Seguimiento
       - Aferramiento
- Succión     
- La llamada
- Balbuceo…

Podemos resumir las pautas de conducta más concretas que facilitan la formación del apego en dos grupos:
a - aquellas señales cuyo objetivo es llevar a la madre hacia el hijo,
b - aquellas señales de acercamiento del niño hacia la madre.
No obstante en la crianza de los niños encontramos otras conductas que ayudan a la formación de vínculos de apego. Estas son: acunar al niño (mecerlo), sostenerlo en brazos, acariciarlo,  hablarle, cantarle, mirarle detenidamente, sonreírle, pasar tiempo juntos. El contacto visual, el contacto físico a través de caricias o el contacto con el cuerpo, la proximidad física afectiva e incluso el olor son conductas que generaran apego y vínculo afectivos.

ORIGEN E HISTORIA DEL CONCEPTO. La Teoría del Apego
John Bowlby (1907-1990) impulsor de la Teoría del Apego desarrolló su teoría entre los años 1950 y 1980. Bowlby estaba interesado en encontrar los patrones de interacciones familiares involucrados tanto en el desarrollo sano como en el patológico. Centró sus estudios en cómo las dificultades de apego se transmitían de generación en generación. Su Teoría de la “Necesidad Maternal” le llevará a formular un mecanismo que llamó monontropía, el infante desarrolla un firme apego o unión a su madre dentro de los primeros seis meses de vida, si se rompe causaría serias consecuencias.
Bowlby desarrollará su teoría donde el apego es una estrategia evolutiva para proteger al niño. El modelo que propone se basa en tres sistemas de conducta -apego, exploración y miedo- que están estrechamente relacionados entre sí. Los tres sistemas conductuales regulan la adaptación del niño al desarrollo y combinados aportan los medios para que el niño aprenda y se desarrolle.
Sistema de conductas de apego. Son  todas aquellas conductas que están al servicio del mantenimiento de la proximidad y el contacto con las figuras de apego (sonrisas, lloros, contactos táctiles, etc.). Estas conductas se activan cuando aumenta la distancia con la figura de apego o cuando  se perciben señales de amenazas, poniéndose en marcha para restablecer la proximidad.
            Sistema de exploración. Está en estrecha relación con el anterior, cuando se activan las conductas de apego disminuye la exploración del entorno. Al aumentar la distancia con la figura de apego que provee la seguridad básica se limita la capacidad de explorar.
            Sistema de miedo. Este sistema puede ser despertado por entradas “naturales” al peligro (ruidos, lo desconocido, el estar solo, extraños) el niño inmediatamente buscará la figura de apego, fuente de protección y seguridad.

El trabajo de John Bowlby en un hogar de chicos inadaptados cuyas relaciones con sus madres estaban muy alteradas le causó un profundo impacto, 10 años más tarde basándose en la biografía de 44 ladrones juveniles, realizó un estudio retrospectivo cuyos resultados le llevaron a concluir que las relaciones tempranas madre-hijo alteradas constituyen un precursor claro de la enfermedad mental. Lo que diferenciaba a los ladrones de los chicos inadaptados era la prolongada separación con sus padres. El interés de Bowlby  por las relaciones madre-hijo le llevó a investigar los efectos que producía la institucionalización. Los niños que habían sufrido una deprivación de cuidado maternal presentaban una tendencia a desarrollar los mismos síntomas que él había observado en los ladrones juveniles “carentes de afecto”
Bowlby no estaba de acuerdo con el origen de los vínculos afectivos que en la primera mitad del siglo XX predominaban. Tanto la teoría psicoanalítica de Freud como la del aprendizaje de Hull insistían en  que el vínculo emocional al cuidador se justificaba con la Teoría del impulso secundario, constituida a partir de la satisfacción de las necesidades orales. Pero las aportaciones sobre  las investigaciones de Lorenz sobre la impronta plantearon serias objeciones. A partir de estos estudios etológicos en que se vio que en las crías de gansos o patos pueden desarrollarse conductas  de apego sin que las crías reciban comida (al poco de nacer estos animales pueden seguir a cualquier objeto en movimiento, independientemente de si es la madre, un humano o un objeto en movimiento) Repetidos estos experimentos, pronto se extrapolaron sus conclusiones a los humanos. Los estudios de Harlow (1958) en los que compara la conductas de monos criados en compañía  de un modelo de tela que ‘no’ los alimentaba con la de otros criados junto a un modelos que ‘si’ los alimenta representan otro antecedente claro para rastrear el origen del concepto de apego.
La contribución de Bowlby  fue su creencia sobre la necesidad del niño  de un apego temprano ininterrumpido a la madre (seguro) Pensaba que el niño que no posee este apego podría presentar signos de deprivación parcial: necesidad excesiva de ser amado, o por el contrario venganza, intensa culpabilidad  y depresión; o también signos de deprivación completa: apatía, tranquila indiferencia, retardo en el desarrollo y más tarde durante el desarrollo, signos de superficialidad, falta de sentimientos profundos, tendencia a la falsedad y al robo compulsivo. (Bowlby 1951, citado por Fonagy 2004)
Mary Ainsworth extenderá las ideas de Bowlby y formulará la existencia de varios tipos de apego a partir de la formulación de una situación de laboratorio llamada “Situación Extraña” (ver más adelante) en la que define apego seguro, ansioso/evitativo, ansioso/ambivalente

Evolución de la Teoría del Apego
Hasta los años 40 no se habían registrado observaciones de cómo bebes y niños en la primera infancia reaccionaban a la separación con la madre. Antes de ese momento la observación de la conducta ante la separación era básicamente del mundo animal donde los grandes hallazgos tuvieron su eco en la evolución de teorías psicologías. (Hallazgos de Lorenz y  Harlow).
Desde sus inicios el psicoanálisis se había acercado a la clínica con niños, primero, a partir de los recuerdos del adulto sobre su propia infancia en su análisis, después con las aportaciones de Freud sobre la teorización de la sexualidad infantil (Freud, 1905) y con  El caso del pequeño Hans (Freud, 1909). Pronto le siguieron otros, Hermine von Hug-Hellmuth (la primera psicoanalista con niños); Helene Deutch en 1919 relató el caso de un niño criado por distintas niñeras porque su madre trabajaba (citado por Bowlby, 1998); Melanie Klein,  gran pionera en el trabajo con niños y rival de Anna Freud con quien mantuvo una disputa histórica que llegó a dividir la Sociedad Psicoanalítica Británica, hizo grandes aportaciones teórico-clínicas al análisis con niños, entre las aportaciones novedosas que hacen referencia al análisis con niños destacan el descubrimiento del superyo arcaico, el Edipo precoz, la posición depresiva y la posición esquizoide-paranoide;  promovió un cambio en el psicoanálisis, reformulándolo y fundando la llamada Escuela Inglesa,  
Dorothy Burlinghan y Anna Freud fueron quienes realizaron las primeras observaciones en las guarderías de Hampstead en el periodo de 1942-1944, durante la IIª Guerra Mundial. Estudiaron niños desde su nacimiento hasta los cuatro años. Registraron muchos casos atípicos y no fueron estudios muy sistemáticos, pero representaron el primer paso en este campo.
René Spitz y Katherine Wolf sobre 1946 realizaron observaciones casi a un centenar de niños de madres solteras que estaban en instituciones penitenciarias. Algunas de estas observaciones se dieron en el momento que estos niños eran separados de sus madres por algún motivo. Spitz y Wolf realizaron diversos estudios centrados en la angustia de separación. Los bebes que permanecieron en la misma institución durante la ausencia de la madre llegaron a presentar lo que llamaron “depresión anaclítica”.
Otros como Winnicott que pronto se interesa por la relación del niño con su entorno, principalmente con la madre o Françoise Dolto que con sus aportaciones teórico-clínicas ayudó  a concebir la infancia de otra manera, son grandes exponentes del psicoanálisis con niños.
John Bowlby, de formación psicoanalista, se nutrirá de estos estudios iniciales para crear su teoría sobre el apego, aunque su punto de partida diferirá un tanto de la  ideas de Freud. También acoge aportaciones de la etología, de la psicología del desarrollo y de la psicología cognitiva y a partir del año 1944 con la publicación de su trabajo sobre los 44 ladrones juveniles empieza a desplegar su teorización. Attachment and Loss, vol 1: Attachmenten (en castellano El apego y la pérdida 1) publicada de 1969 es el inicio de una trilogía donde se expone la Teoría del Apego. Fonagy (2004) nos dice que en este primer volumen Bowlby todavía no tenía claro  de qué manera funcionaba el comportamiento de apego después de que el sistema había completado el trabajo, una vez asegurada la proximidad física. Esta proximidad era la meta del sistema de apego y la medición de la misma era conductual. La ausencia de la figura de apego genera la necesidad biológica y su retorno y presencia hace desaparecer esta necesidad (p. 16) En el segundo volumen de la trilogía, publicado en 1973, Attachment and Loss, vol. 2: Anxiety and Anger (La Separación, en castellano) Bowlby establece que la finalidad del apego es mantener a la madre o cuidador accesible y receptivo, lo que definió con el término “disponibilidad”. Finalmente en el tercer volumen Attachment and Loss, Vol. 3: Loss: Sadness and Depression de 1980 (La Perdida: Tristeza y Depresión, en castellano) hablará del papel esencial de la valoración en el funcionamiento del sistema de apego.
En esta teoría un concepto clave es el de sistema conductual, la conducta de apego se organiza por medio de un sistema de control que mantiene el equilibrio entre cercanía-distancia con la figura de apego. Este sistema de apego estará apuntalado por una serie de mecanismos cognitivos a los que Bowlby llamó Internal Working Models (Modelos de Funcionamiento Interno) Este modelo se centra en la esperada disponibilidad de la figura de apego. Bowlby presupone también un modelo de funcionamiento complementario del self. La característica principal es cómo el niño se siente aceptado o no por la figura de apego. Un niño cuyo cuidador tenga un Modelo de Funcionamiento Interno basado en el rechazo, desarrollará un modelo de funcionamiento complementario del self como no mereciendo ser querido, sin valor alguno. Fonagy (2004) sugiere que estos modelos de la figura de apego y el self son transaccionales, modelos interactivos que representan las relaciones self-otro.
Los estudios de Mary Ainsworth tuvieron una gran importancia en el desarrollo de la teoría del apego. Sus observaciones e investigaciones sobre la interacción entre madre y niño en la tribu Ganda de Uganda (y más tarde replicados en Baltimore) le permitieron diseñar una experiencia de laboratorio “La situación extraña” (ver medición del apego) donde podía observar la respuesta del niño frente a separaciones breves de uno de sus padres. Esto le permitió identificar tres tipos de respuesta con lo que definió tres tipos de apego: apego seguro, apego ansioso/evitativo y apego ansioso/resistente o ambivalente.
Schaffer y Emerson realizaron investigaciones similares a las de Ainsworth con niños escoceses y confirmaron los resultados sobre el apego de los niños de la tribu Ganda, aunque los resultados parecían sugerir que los niños escoceses desarrollaban la conducta de apego algo más lenta que los ganda quienes tenían un desarrollo motor precoz, pero probablemente se debiera a las  diferencias de criterios y métodos de  observación. Ainsworth registró personalmente sus observaciones por lo que podía haber advertido más rápido las señales; Schaffer y Emerson se basaron en informes de las madres. A pesar de estas diferencias los trabajos de estos investigadores coincidieron en marcar las diferencias individuales en que aparecen las conductas de apego.
El concepto original de Bowlby ha sido investigado por muchos otros investigadores, importantes figuras hoy día de la Teoría del Apego. Peter Fonagy, en su libro Teoría del Apego y Psicoanálisis, actualiza estas aportaciones

MEDICIÓN DEL APEGO
La Situación Extraña
La Situación Extraña es una prueba de laboratorio creada por Mary Ainsworth y colaboradores (Ainsworth y col. 1978, citado por Fonagy 2004) para medir el apego en niños de 1-2 años. Se trata de dos episodios en los que se da una breve separación entre el niño y la madre. La madre entra y sale varias veces de una habitación, dejando al niño unas veces solo otra con una persona desconocida. La conducta que presenta el niño en la separación y el modelo de reencuentro con la madre (o cuidador) es lo que se analiza en esta prueba. El apego del niño se clasifica según la conducta que ha manifestado durante la separación y sobre todo por la actitud en el reencuentro en cuatro categorías: apego seguro (B); apego ansioso evitativo (A); apego ansioso ambivalente/resistente (C) y desorganizado/desorientado (D)
            Apego seguro aparece ansiedad de separación y reaseguramiento al volver a encontrarse con la madre. Se interpreta como un Modelo de Funcionamiento Interno caracterizado con la confianza con el cuidador, cuya presencia le conforta.
            Apego ansioso evitativo se interpreta como si el niño no tuviera confianza en la disponibilidad del cuidador, muestra poca ansiedad durante la separación y un claro desinterés  en el posterior reencuentro con el cuidador.
            Apego ansioso ambivalente/resistente el niño muestra ansiedad de separación, pero no se recupera al reunirse con el cuidador, dando la sensación de que su estrategia es exagerar el afecto en un intento de asegurarse la atención.
Estos son los tres tipos de apego propuestos por Ainsworth y han sido considerados por la mayoría de las investigaciones, sin embargo Main y Solomon han propuesto un cuarto tipo de apego llamado Desorganizado/desorientado (D), hace referencia a aquellos niños que no entran en ninguna categoría anterior y que inicialmente eran considerados inclasificables (Main y Solomon, 1986, 1990, citado Fonagy 2004) son niños que demuestran gran inseguridad y conductas contradictorias, cuyo patrón de apego es buscar la proximidad a la madre de maneras extrañas y desorientadas (aproximarse a la madre de espaldas, quedarse inmóvil, mirar fijamente al espacio, mirar hacia otro lado al ser sostenidos por la madre, estereotipias, deambular desorientado de un lado a otro)

El Sistema de Cassidy y Marvin
Este sistema comprende niños de dos años y medio a cuatro y medio. Clasifica el apego en:
            Seguros, los niños en esta categoría se muestrean en el reencuentro tranquilos, abiertos, cálidos, positivos.
            Ambivalentes, buscan intensamente la proximidad pero se les ve tímidos y más infantiles.
            Evitativos, aparecen distantes y despreocupados evitando la intimidad psicológica o física.
            Desorganizados, algunas veces muestran tendencia al control otras veces conducta punitiva, además de mostrar las conductas características del apego desorganizado.
            Inclasificables, aquellas conductas que no se incluyen en las categorías anteriores

Medidas basadas en la representación simbólica
Se parte del supuesto de que a partir de los 5 años la medición del apego basada en la conducta tiene limitaciones, la producción simbólica del niño proporciona información más fiable del sistema de control que regula las conductas de apego.  Se trata de evaluar las respuestas del niño al Test de la Ansiedad de Separación. Encontramos, por un lado,  una serie de imágenes que representan escenas relacionadas con el apego. Los niños que se sienten seguros hablarán sobre la separación aportando ideas constructivas relacionadas con las imágenes del test. Los niños evitativos se sentirán como perdidos  y sugerirán métodos  para enfrentar la situación. Los niños ambivalentes combinan el enfado con los progenitores que salen en la imagen, junto con un deseo de complacerles. Los niños desorganizados expresarán miedo o procesos de pensamiento desorganizado/desorientado. Por otro lado encontramos un sistema de medidas alternativas basada en la representación simbólica, es un juego de muñecos que incluye  historietas de separaciones y encuentros. Fonagy nos dice que el test de la ansiedad de separación es el que más se usa para medir el apego a partir del símbolo, la capacidad para completar la historieta por parte del niño puede servir para evaluar el Modelo de Funcionamiento Interno en niños de 5 a 7 años.

La Entrevista de Apego del Niño (The Child Attachment Interview, CAI)
Esta entrevista es una variación de la Entrevista de Apego del Adulto. Consiste en  una entrevista apropiada para el desarrollo y codificada para niños de 8 a 14 años El sistema de codificación es una clasificación seguro/inseguro.


Cuestionario para la Clasificación del Apego. (The Attachment Q-Sort, AQS)
Consiste en la observación directa del niño en su casa, durante un tiempo relativamente prolongado, de dos a seis horas en visitas separadas. La correspondencia con la Situación Extraña indica que la AQS es más sensible a errores debido a diferencias temperamentales.

La entrevista de Apego del Adulto (The Adult Attachment Interview, AAI)
La entrevista es una narración acerca de la infancia. En palabras de Mary Main, pretende “sorprender al inconsciente” George, Kaplan y Main diseñaron el cuestionario, el Adult Attachment Interview (AAI) que sirve para evaluar el modelo interno activo de los personas adultas. En este cuestionario se pregunta al sujeto por el recuerdo de las experiencias de apego durante su infancia así como por la valoración de estas experiencias. Lo importante no tanto es lo que cuenta el sujeto sino como lo cuenta. La entrevista pone de manifiesto el mundo representacional de la persona, sus modelos operativos internos y la capacidad para pensar sobre las propias representaciones y su significado. Oliva Delgado nos dice que no se trata de evaluar las experiencias objetivas del sujeto sino la interpretación y elaboración que hace de las mismas. La entrevista evalúa la manera en que una persona organiza su coherencia narrativa. Para los autores, el grado de coherencia con el que habla una persona está relacionado con la seguridad-inseguridad de sus relaciones de apego. A través del AAI se obtienen tres tipos distintos de modelos internos activos:
            Tipo seguro o autónomo que muestran coherencia y equilibrio en su valoración de las experiencias infantiles, tanto si son positivas como si son negativas. Ni idealizan a sus padres ni recuerdan el pasado con ira. Sus explicaciones son coherentes y creíbles. Estos modelos se corresponderían con el tipo de apego seguro encontrado en niños. Estos padres suelen mostrarse sensibles y afectuosos en sus relaciones con sus hijos, que suelen ser clasificados como seguros en la Situación del Extraña.
            Tipo preocupado. Muestran mucha emoción al recordar sus experiencias infantiles, expresando frecuentemente ira hacia sus padres. Parecen agobiados y confundidos acerca de la relación con sus padres, mostrando muchas incoherencias y siendo incapaces de ofrecer una imagen consistente y sin contradicciones. Estos padres se muestran preocupados por su competencia social. En su relación con sus hijos muestran unas interacciones confusas y caóticas, son poco responsivos e interfieren frecuentemente con la conducta exploratoria del niño. No es extraño que sus hijos suelan ser considerados como inseguros-ambivalentes.
Tipo rechazado. Quitan importancia a sus relaciones infantiles de apego y tienden a idealizar a sus padres, sin ser capaces de recordar experiencias concretas. Lo poco que recuerdan lo hacen de una forma muy fría e intelectual, con poca emoción. El comportamiento de estos padres con sus hijos, que son generalmente considerados como inseguros-evitativos, suele ser frío y, a veces, rechazante.   
Una cuarta categoría: Tipo no resuelto, que serían el equivalente del apego inseguro desorganizado/desorientado. Se trata de sujetos que presentan características de los tres grupos anteriores y que muestran lapsus significativos y desorientación y confusión en sus procesos de razonamiento a la hora de interpretar distintas experiencias de pérdidas y traumas.
La Entrevista de Apego del Adulto, predice la sensibilidad maternal, pero no establece una correspondencia clara con la clasificación de la Situación Extraña.



La Entrevista sobre la Pareja Actual (Current Relationship Interview, CRI)
Evalúa la seguridad o inseguridad de las relaciones de apego actuales. Encontramos las clasificaciones de:
            Seguro, cuando el sujeto es capaz de describir, de manera convincente, la conducta básica estable de su compañero/a o la suya, o bien describir la conducta negativa de forma coherente.
            Discipliente o preocupado, reflejan, respectivamente, inseguridad debido a la idealización e insatisfacción  debida a la ansiedad.
            No resuelto,  cuando una relación sentimental ejerce, en aquel momento, una influencia disruptiva en la organización cognitiva.

Medidas de Apego del Adulto a partir del Relato
Existe gran diversidad de cuestionarios que pretenden medir el apego en el adulto, entre ellos Fonagy destaca: The Attachment  History Questionnaire (Pottharst, 1990); The Inventory of Parent and Peer Attachement (Armsden y Greenberg, 1987b); Reciprocal and Avoidant Attachment Questionnaire West y Seldon-Keller, 1994); Sobre mediciones de apego sentimental encontramos the Attachment Style Questionnaire (Hazan y Shaver 1987) y  construido  a partir de éste the Relationship Questionnaire (Bartholomew y Horowitz, 1991). Todos ellos son instrumentos con breves descripciones sobre las actitudes globales que una persona adopta en las relaciones en general, se pide al sujeto que defina con cuál de las descripciones está más de acuerdo. Las descripciones pueden ser seguro, miedoso, preocupado o discipliente.

Se pueden describir  dos grandes puntos de vista o enfoques en la investigación del apego adulto. Ambos argumentan que los modelos básicos se desarrollaron a partir de las experiencias interpersonales más tempranas e influyen en el funcionamiento psicosocial adulto. Sin embargo difieren en sus hipótesis sobre el contenido y estructura de los modelos, lo que se ha asociado a diferentes métodos de evaluación  Uno de estos enfoques estás representado por el instrumento creado por George, Kaplan y Main, el Adult Attachment Interview (AAI) el segundo, desarrollado por Hazan y Shaver (1987) hace referencia a la conceptualización del amor romántico en el  proceso de apego.  (Berry,  Barrowclough y Wearden, 2007)

DETERMINANTES DE LA SEGURIDAD DE APEGO
Siguiendo los modelos sobre el apego de Bowlby y de Ainsworth, los determinantes de la seguridad del apego pueden dividirse en dos grupos. Determinantes próximos, son aquellos que influyen en la cualidad de la relación padres-hijo y se refieren tanto al temperamento infantil como la sensibilidad maternal. Los determinantes distantes son los que influyen en el futuro.
El Temperamento Infantil, siguiendo la idea de que el apego es una relación especial en una díada madre/padre-hijo, podemos decir que el temperamento del niño puede influir en el tipo de apego que llegue a establecerse. La irritabilidad en la temprana infancia parece aumentar el riesgo de inseguridad debido principalmente a que incrementa los estímulos inadecuados procedentes del cuidador, sobre todo cuando este se encuentra en situación de estrés. Sin embargo, la irritabilidad en el niño puede suscitar respuestas completamente diferentes en dos personas de distintas características de personalidad, o con distinto apoyo social; esto quiere decir que  ciertos rasgos del niño pueden influir en el tipo de interacción padres (adulto) - niño y, por tanto, en la seguridad del apego, pero en función de la personalidad y circunstancias del adulto.
La sensibilidad maternal, hace referencia a los cuidados maternales que contribuyen a la seguridad de apego, se incluyen la tolerancia a la ansiedad, la estimulación adecuada y  moderada, la sincronía, calidez, la receptividad;  capacidades que ayudan a establecer un apego seguro. El apego evitativo se predice si la manera de relacionarse con el niño es intrusiva y demasiado estimulante y controladora. El apego ambivalente/resistente está relacionado con una actitud de la madre indiferente y poco comprometida. Sin embargo debemos decir que la sensibilidad maternal como determinante de apego seguro no está demostrada empíricamente.

B. APEGO Y PSICOPATOLOGÍA
 ¿PREDICE EL APEGO TEMPRANO EL DESARROLLO DE FUTURA PSICOPATOLOGIA?

Bowlby defendió la idea de que las diferencias en la seguridad de apego madre-niño, tendrían consecuencias, a largo plazo, sobre las relaciones personales posteriores, la comprensión de sí mismo y los trastornos psicopatológicos. Podemos decir que desde el inicio de su teoría, expuso su idea de que las relaciones tempranas perturbadas madre-hijo podían considerarse precursoras de trastorno mental.
No obstante entendiendo el impacto que la teoría del apego ha tenido en la evolución del conocimiento de las relaciones humanas, sorprende las pocas investigaciones centradas en su relación con la psicosis.

En los últimos 25 años se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre los estilos de apego en la psicosis y la psicopatología en general. Estas investigaciones, algunas de Dozier y colaboradores han estudiado el apego en la esquizofrenia y en otros desordenes mentales como el trastorno esquizoafectivo, trastorno bipolar y depresión mayor. Para estos estudios se usaron la AAI,  The Adult Attachment Interview  y el The Attachment Q-Sort, principalmente (Berry,  Barrowclough y Wearden, 2007), 

 Berry, et al., 2007 citan 17 estudios que investigan el apego y la vinculación paternal en pacientes con psicosis. En ellos han visto la relación entre apego inseguro y psicosis. En los estudios de Dozier y colaboradores se encontró un apego inseguro más significativo en el grupo psiquiátrico que en el grupo control, los esquizofrénicos puntuaban más alto en inseguridad que los afectivos incluyendo bipolares y depresivos mayores. Otros autores también encuentran correlación entre apego evitativo y esquizofrenia. El apego miedoso (Fearful attachment), podría ser más habitual  en muestras de psicóticos que el apego evitativo  (dismissing attachment) que se relaciona con una autoimagen o percepción de los otros negativa, se ha demostrado que está relacionado con psicopatología.

 Relación entre apego y trastorno psicopatológico.
La clasificación del apego en seguro, evitativo y resistente no guardan una relación muy estrecha con una mala adaptación  social, sin embargo diversos estudios centran la atención en el apego desorganizado/desorientado como el predictor más significativo en relación a una psicopatología futura, sobre todo si se combinan con otros factores de riesgo (por ejemplo padres de temperamento difícil o con tendencia  a la agresividad)

En su libro, Fonagy  distingue entre trastorno psicopatológico en la infancia o adolescencia y trastorno psicopatológico del adulto.  En el primer grupo cita algunas investigaciones que constatan que  las relaciones tempranas inseguras conllevan a pobre relación con las personas de su misma edad, tendencia al malhumor; problemas de depresión en la infancia, dificultades interpersonales  y comportamientos hostiles en la pubertad y adolescencia. Los niños con apego inseguro hacen descripciones negativas de sí mismos y son más reacios a admitir sus limitaciones. Entre estas investigaciones se encontró relación entre el trastorno de ansiedad en  el adolescente y el apego ambivalente en la infancia. Niños con apego evitativo mostraron un  alto índice de trastorno psicopatológico, y niños con apego resistente no mostraron más alta correlación  con psicopatologia que los niños con apego seguro.

En el adulto, en general, se admite que el apego seguro es un factor de protección respecto al desarrollo de futura patología. Las personas con  apego seguro muestran menos hostilidad, mayor capacidad del yo  y regulan mejor el afecto en la relación con los otros. Presentan mayor capacidad social.  El apego inseguro parece ser un factor de riesgo y se asocia con psicosis, depresión, ansiedad, enfermedades psicosomáticas, menos capacidad del yo.

Diversos estudios han relacionado el apego y  la psicopatología del adulto. Fonagy (2004)  Berry el al., (2007) y Soares y Dias (2007) describen algunos de estos estudios e investigaciones.
Los trabajos de Dozier y cols, 1999   afirman que los trastornos psiquiátricos  están generalmente asociados con estilo inseguro,  poco autónomo. En el estudio longitudinal de Allen y col. 1996 se sugirió que la categoría rechazante podría asociarse con personalidad antisocial, trastornos en el comer, abuso de drogas y dependencia. También se ha sugerido que la categoría preocupado correlaciona con trastornos de concentración, sentimientos depresivos, ansiedad y trastornos de personalidad fronterizos. También Eagle, 1999 aporta pruebas de que sujetos clasificados como preocupados/confundidos experimentan más trastornos psicológicos y personas del grupo evitativo muestran mayor incidencia en enfermedades y síntomas somáticos. No obstante, para Fonagy no existen  suficientes datos que permitan avalar dichas afirmaciones. En cuanto a adhesión  al tratamiento terapéutico se ha visto que adultos clasificados como rechazantes, son relativamente resistentes al mismo, niegan la necesidad de ayuda, como protección  a que el cuidador sea finalmente inalcanzable. Los adultos del grupo preocupados muestran incapacidad para colaborar, y acaban volviéndose muy dependientes del terapeuta.

Los trabajos de Blatt y colaboradores proponen una dicotomía que se superpone con las cuatro categorías de apego. Estos autores sostienen que la evolución de la representación del self y los otros  está marcada por el balance en la dicotomía  entre necesidad de relacionarse y necesidad de una identidad autónoma. La psicopatología aparecería cuando se produjera una  perdida de equilibrio entre estas potencias. La  Patología Anaclítica  (necesidad exagerada  de relacionarse; clasificación preocupado/confundido) aparece en las personalidades dependientes, histriónicas o fronterizas. La Patología Introyectiva (exagerada búsqueda de identidad; clasificación rechazante o evitativa) es característica de personalidades esquizoides, esquizotípicas, narcisistas, antisociales o evitativas.

Estilos de apego y psicopatología
Al estudiar  la relación entre apego y psicopatología un concepto importante es el apego desorganizado.  En la infancia en una situación de estrés, como puede ser  La Situación Extraña, el niño tiende a buscar la proximidad cuando se encuentra asustado, cualquier comportamiento de la figura parental que lo asuste, lo situará en una posición paradójica irresoluble: no se puede aproximar (estrategias segura o insegura-resistente), ni puede apartar su atención (estrategia insegura-evitativa)- existiendo un colapso de estrategia. Pudiendo manifestar entonces conductas bizarras, estereotipias, comportamientos contradictorios o  anómalos

El  apego desorganizado/desorientado fue descrito por Main y Solomon en 1986 como un despliegue de comportamientos contradictorios, simultáneos o secuénciales en la Situación Extraña. Main  y Hesse en 1990 relacionaron el apego desorganizado con un ambiente asustado o asustador. Es frecuente en niños cuyos cuidadores inspiran miedo, por lo que se enfrentan,  sin hallar solución, al hecho de que se acercan buscando protección en momentos de ansiedad a aquellos que a su vez les inspiran miedo.

Esta categoría de apego tiene una estrecha relación con la agresión infantil, relaciones violentas y la disociación. Habitualmente se ha relacionado con factores familiares de riesgo, tales como el maltrato, depresión  mayor, trastorno bipolar, alcoholismo o drogadicción en la figura de apego. Lyons y  colaboradores, (1990) hallaron relación entre cuidador severamente deprimido y apego desorganizado.

Fonagy avala la idea de una continuidad de la experiencia interpersonal desde la infancia hasta el desarrollo posterior. Dice que lo más sorprendente de  la influencia de las experiencias tempranas es que la relación entre una experiencia temprana con un cuidador negligente o abiertamente hostil y el desarrollo posterior, está más influenciada por la continuidad en el tiempo de ese cuidador que no por el impacto que haya podido ejercer la conducta del mismo.

La aparición de instrumentos de evaluación y medición del apego, no solo en la infancia sino también en la población adulta permitió estudios longitudinales donde se ha podido estudiar grupos de sujetos con sintomatología clínica psiquiátrica y grupos de sujetos sanos.

La Entrevista del Apego del Adulto (The Adult Attachment Interview  AAI) se ha utilizado para estudiar determinados trastornos psicopatológicos como trastornos afectivos, de ansiedad, disociativos, psicosis,  trastornos de personalidad o trastornos de conducta alimentaria Soares y Dias, 2007 analizan las contribuciones más recientes de la investigación centrada en medidas de evaluación del apego en adultos, incluyendo la entrevista focalizada en la organización del apego (Adult Attachment Interview, AAI) y medidas de autoinforme que permiten la evaluación de la percepción de los adultos sobre sus relaciones de apego. Basándose en la AAI y en medidas de autoinforme revisan estudios empíricos que examinan la relación entre apego y psicopatología en grupos clínicos con diferentes trastornos psicopatológicos. Estos autores concluyen que la literatura clínica revisada sobre adolescentes y adultos apoya la existencia entre apoyo inseguro y psicopatología, no obstante todavía se está en una etapa descriptiva y se ha de avanzar más en estas investigaciones.

En el artículo de Berry et al., 2007 encontramos una visión general de estudios que relacionan apego y psicosis. Los autores revisan la literatura científica que investiga estilos de apego y factores psicososciales en la psicosis. Tienen en cuenta tanto las implicaciones clínicas de la teoría del apego así como las limitaciones conceptuales y metodológicas en aplicar dicha teoría al estudio de la psicosis.

El cuerpo central del texto de Berry et al.  se focaliza en la contribución de la teoría del apego al estudio de la psicosis.  Los autores señalan estudios que con distintas pruebas de medición del apego llegan a las mismas conclusiones, la incidencia del apego inseguro (y el apego evitativo) como predictor de psicosis.

Los modelos cognitivos  de la psicosis enfatizan la importancia del self . Las personas desarrollan representaciones mentales del propio self en relación a los otros y se crean expectativas de cómo actuar en las relaciones sociales. Estos modelos guiaran la atención, interpretación, memoria y futuras relaciones interpersonales. Se piensa  que los estilos de apego son estables en el tiempo, sin embargo algunos estudios longitudinales han demostrado que los life events, ya sea formación o pérdida de relaciones o traumas interpersonales tales como el abuso físico o sexual son factores que determinan la estabilidad de los estilos de apego y pueden vincularse a la psicosis.

Algunos estudios aportan datos de que la baja autoestima predice psicosis. Hay evidencia científica que indica que las creencias psicóticas son más resistentes al cambio si son compatibles con las creencias negativas sobre el self, los otros y el mundo (Barrowclough et al., 2003, Bowins & Shugar, 1998) Pero debe seguirse esta línea de investigación para corroborar estos datos.
Otros estudios han investigado las relaciones paternales más tempranas en psicosis. Por un lado encontramos  estudios que a través de instrumentos como el PBI, A parental bonding instrument de Parker, Tupling y Brown, 1979 apuntan a que sujetos esquizofrénicos informaban que sus padres eran menos afectuosos y más sobreprotectores comparados con sujetos control. Este estilo parental de Menos Afecto, se ha asociado con inicio más temprano de la esquizofrenia y ratios de recaída más altos. Por otro lado la emoción expresada (EE) se ha relacionado con psicosis, una alta EE (concretamente hostilidad, altos niveles de critica emocional) se da en parientes de psicóticos, también está relacionada con recaídas. La crítica abierta y manifiesta de parientes del paciente psicótico puede provocar recaídas debido a la baja autoestima que producen. El apego inseguro incrementa la sensibilidad a la crítica y las respuestas negativas (Barrowclough y Hooley, 2003)

Las dificultades en el funcionamiento interpersonal como el aislamiento, la pobre o anormal  comunicación y las relaciones perturbadas con los otros también son factores precipitantes para la psicosis. Se ha encontrado que determinados estilos de apego predicen configuraciones específicas de problemas, por ejemplo estilos de apego rechazante (dismissing attachment) se ha asociado con hostilidad; estilos de apego preocupado (preoccupied attachment) se ha asociado con over intrusiveness (impertinencia?) estilos de apego miedoso (fearful attachment) se ha asociado con falta de asertividad (Bartholomew & Horowitz, 1991; Horowitz, Rosenberg, & Bartholomew, 1993).
La manera en que las personas hacen frente a los estresores es determinante en el inicio y curso de la psicosis. Los estilos de apego fueron conceptualizados a partir de los diferentes métodos de regulación del afecto. La teoría del apego tiene el potencial de desarrollar las conceptualizaciones del modelo estrés-vulnerabilidad y generar pronósticos sobre las experiencias interpersonales asociadas con las distintas maneras en que las creencias sobre el self, y los  otros  determinan estilos.

Berry et al. concluyen que la teoría del apego puede suministrar una base teórica que conceptualice la influencia social cognitiva de factores interpersonales y afectivos en el desarrollo y curso de la psicosis integrando modelos psicológicos. Además la teoría del apego tiene determinadas implicaciones clínicas sobre todo en relación a la intervención y formulación psicológica de personas con un tipo específico de apego inseguro. La principal limitación de los estudios señalados ha sido la no representatividad de sus muestras a ser de  tamaños pequeños. También la mayoría de estudios emplearon la AAI que presenta una validez cuestionable en muestras de psicóticos y fueron estudios retrospectivos. La investigación futura que proponen estos autores está en la línea de investigaciones prospectivas en diseños de muestras representativas con la psicosis y distintos estilos de apego, usando tanto medidas de autoinforme del self como medidas del apego adulto.

Barcelona, 9 de marzo de 2008

BIBLIOGRAFIA
Berry, K., Barrowclough, C., Wearden, A. (2007). A review of the role of adult attachment style in psychosis: Unexplored issues and questions for further research. Clinical Psychology Review 27, 458–475 (dsiponible en http://www.sciencedirect.com/)
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Oliva, Delgado, A. Estado actual de la Teoría del apego. Universidad de Sevilla disponible en www.pdipas.us.es/o/oliva/ARTICULO.APE.doc  visualizado el 8-2-08
Soares, I. y Dias, P. (2007). Apego y psicopatología en jóvenes y adultos: contribuciones recientes de la investigación. International Journal of Clinical and Health Psychology, 7, Nº 1, 177-195 (ISSN 1697-2600) disponible en http://www.aepc.es/ijchp/articulos_pdf/ijchp-215.pdf visualizado el 8 -3-08