En la actualidad
hablar de Trastorno Generalizado del
Desarrollo (TGD) en general o de autismo
en particular ha quedado englobado en una nueva terminología, Trastorno
del espectro autista (TEA).
Por tanto hablar de TEA en estos momentos es equivalente a hablar de TGD. Si nos guiamos por el DSM-IV-TR o la
CIE-10 encontramos que incluidos en los Trastornos Generalizados del Desarrollo
(TGD) se encuentran: el trastorno autista, el trastorno de Rett, el trastorno
desintegrativo infantil, el trastorno de Asperger y por último el TGD no
especificado.
Las causas
específicas, tanto para el autismo (TEA) como en los TGD, no se conocen
todavía, sin embargo existe una variabilidad de factores (genéticos,
metabólicos, emocionales, neuroquímicos, sociales) que inciden en su etiología.
Las variables de tipo neurobiológico y socio-familiar tienen, además,
importancia significativa. Así, en la actualidad, hablar de TGD o autismo sugiere una alteración en varias
áreas del desarrollo.
Las características
del autismo muestran que es una afectación del desarrollo grave. El autismo
acompañará al niño a lo largo de su vida (no se cura) sin embargo con la ayuda
de programas de intervención que engloben tanto al niño, familia y su entorno
puede mejorar. Los aspectos que están alterados en estas patologías afectan la
comunicación, la imaginación, la reciprocidad emocional, el vínculo. Entre los
síntomas más característicos se encuentran la alteración en la interacción
social (dificultad de relación o aislamiento) alteración en el lenguaje
(algunos niños no hablan o su lenguaje está gravemente alterado) repertorio de
conductas e intereses restringidos así como la presencia de estereotipias
(movimientos rotativos con las manos)
Para el CIE-10 los
TGD se
definen como un "grupo de trastornos caracterizados por alteraciones
cualitativas de las interacciones sociales recíprocas y modalidades de
comunicación, así como por un repertorio de intereses y de actividades
restringido, estereotipado y repetitivo". Los TGD tienen en común una
triada de síntomas que podría decirse aparecen en conjunto y hacen referencia
a: la comunicación verbal y no verbal, las relaciones sociales y los intereses
restringidos y/o conductas repetitivas
Algunos rasgos
propios del autismo pueden detectarse a una edad muy temprana, aunque en muchas
ocasiones es difícil detectarlos durante el primer año. No obstante, un buen
diagnóstico puede realizarse a partir de los 18 meses y antes de los 3 años.
Las áreas que están
más alteradas en el autismo y los TGD están relacionadas con la interacción
social, el lenguaje y la comunicación y la capacidad de simbolización y
comportamientos estereotipados. Encontramos que estos niños, dependiendo del
trastorno que les afecte, presentan dificultades en mantener el contacto
ocular, establecer juego simbólico, inexistencia de conductas que permitan una
atención conjunta con otras personas, capacidad imitativa, pedir cosas,
compartir… (más adelante se presenta un listado de posibles signos de alarma)
Ante la sospecha de
un niño con autismo es importante poder establecer una línea de intervención interdisciplinar donde se
hace necesario la visita al neuropediatra (por si deben realizarse pruebas
biológicas o genéticas) y al psicólogo que establecerá un trabajo terapéutico
adecuado que puede incluir trabajar con un logopeda y en el momento de la
escolarización, junto al equipo educativo establecer qué centro (ordinario o
especial) es el más adecuado. Para ello es importante que ante la primera
sospecha de que algo en el desarrollo del niño no está bien (o se aprecia un
retraso en la adquisición de funciones) se acuda al pediatra o a un Centro de
desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP) donde se inicie el proceso de
diagnóstico y tratamiento
Desde los servicios
de pediatría y atención precoz y como un método de screenning con la finalidad
de una detección temprana podremos ayudarnos de algún instrumento de cribado
como el CHAT (Checklist fot Autism in Toddlers) de Baron-Cohen y colaboradores (1992) o el M-CHAT (Modified Checklist for Autism in Toddlers) de Robins et als
(2001) que es una versión revisada y más precisa. Estas pruebas se componen de
una serie de preguntas dirigidas a los padres sobre el comportamiento y
conductas del niño y también permite al profesional la observación de aspectos
clave del desarrollo. Otras pruebas pueden ayudar en el diagnóstico (pruebas
genéticas, psicométricas y sobre todo la valoración y observación clínica)
Existen, sin embargo, otras pruebas
diagnósticas de evaluación psicométrica, que están adquiriendo una relevancia
significativa. Nos referimos al ADOS, Escala
de Observación para el Diagnóstico del Autismo (C. Lord, M. Rutter, P. C.
DiLavore y S. Risi) Esta escala consiste en una evaluación semi-estructurada
donde se obtiene información de las áreas altereadas en este transtrono que
ayudan al evaluador a identificar, a través de diversas actividades, los
comportamientos significativos de
ser pertenencientes al espectro autista.
Otra escala es la
ADI-R, Entrevista para el diagnóstico del Autismo-Revisada (M. Rutter, A.
Bailey y C. Lord, 1994) Se trata
de una entrevista realizada a los padres y se considera bastante precisa. Los
niños han de tener una edad mental superior a 18 meses.
Independientemente de la existencia de estas escala o métodos de
scrinning no hemos de pasar por alto el valor de la observación clínica del niño.
Es a través de ella que podemos obtener la mayor información para el diagnóstico;
las pruebas semiestructuradas nos ayudaran, en todo caso, a confirmarlo. Estas
escalas requieren una formación específica y no todos los centros de evaluación
y diagnóstico disponen de ellas (también por el elevado coste que presentan).
No obstante, eso no significa que el TEA no pueda ser diagnosticado ya que las
actividades y protocolos de observación en que se basan estas escalas se
centran en las áreas de comunicación, interacción social y comportamientos que,
como hemos anunciado con anterioridad, son las áreas comúnmente más
deterioradas y alteradas en el autismo, TGD/TEA.
Quien más conoce al niño son los padres por eso es importante la
información que ellos pueden aportar del desarrollo del niño.
Para ayudarnos en la buena observación a continuación se establece un
listado de aspectos del desarrollo evolutivo del niño teniendo en cuenta el
desarrollo normal y seguidamente los aspectos que pueden considerarse como
signos de alarma. Nuestro consejo es acudir al pediatra que derivará al CDIAP
para la valoración y evaluación de los posibles signos de alarma o la situación
de riesgo o retraso evolutivo del niño. Cuanto antes se detecte un posible TEA
mejor será su pronóstico y antes se establecerá el tratamiento adecuado.
DESARROLLO NORMAL VERSUS SIGNOS DE ALARMA DE AUTISMO
Desarrollo normal del niño: de 0 a 18 meses
Alrededor de los 3 meses:
Controla la cabeza
Fija la mirada
Realiza seguimiento visual
Aparece la sonrisa social
Duerme plácidamente
Se interesa por el entorno
Responde a sonidos, p.ejm voz padres
De 3 a 6 meses
Ríe a carcajadasBalbucea (llamada y respuesta si le
hablan)
Se orienta hacia los sonidos
Coge objetosJuega con sus pies y manos
Reconoce bien a sus padres y familiares cercanos
De 9 a 12 meses
Explora más los objetos desconocidos
Se meje los objetos en la boca
Si se le esconde un juguete sabe que sigue existiendo
y lo busca
Gatea y explora su entorno
Se pone de pie con ayuda.
Desplazamientos laterales
Dice "papá" y "mamá", les busca
Entiende órdenes sencillas y prohibiciones
Provoca la comunicaciónImita sonidos y gestos
De 6 a 9 meses
Extraña y llora si se van los padres
Estira brazos si le van a coger.
Se anticipaHace por coger objetos que estén lejos
Se sienta y desplaza reptandoIntenta ponerse de pieDa
palmadas
Explora los juguetes, los manipula y tira para ver qué
hacen y cómo suenan
Repite sílabas sueltas
De 12 a 18 meses
Se interesa por los demás niños
Señala y nombra objetos
Conoce las partes de su cuerpo
Se identifica en un espejo
Le interesan los cuentos
Aumenta el lenguaje y repite palabras que oye
Camina solo
Es muy
probable que los niños que padecen TGD o autismo en este periodo (de 0 a 18
meses) tengan un desarrollo evolutivo más o menos normal, donde las posibles
diferencias pasen desapercibidas; sin embargo sí que hay aspectos que nos
pueden poner en la pista de que algo no va bien por ejemplo si el niño no
sonríe (la sonrisa social aparece al 3er mes) o está en su cuna despierto sin
reclamar ni hacer ruido (insomnio silencioso) Pero suelen ser los temas
relacionados con el retraso en el lenguaje expresivo lo que pone en alerta a los padres alrededor del periodo de
escolarización. Sin embrgo hay muchos aspectos que nos pone en sobreaviso de
que algo no funciona.
Signos de alerta para TGD o autismo de 0 a 18 meses
ASPECTOS SOCIO-AFECTIVOS
No se anticipa, no estira los brazos para
que lo cojan
No se acopla bien al cuerpo del adulto
Retraso en la sonrisa social como
respuesta a algo agradable
No muestra alegría al jugar con él
No muestra conducta de afecto hacia
los padres
Conducta indiferente ante la
presencia/ausencia del adulto
No hay contacto visual
No comparte con la mirada (no
atención conjunta)
Poca atención e interés ante los
otros
Dificultad o alteración del vínculo
Tendencia a jugar solo
No comparte juegos con otros niños
COMUNICACIÓN
No aparecen comportamientos protoimperativos
(pedir señalando o vocalizando lo que quiere)
No hay conductas protodeclarativas
(compartir y/o mostrar, emociones, actitudes con otros)
Llantos exagerados y desconsolados,
inesperados o injustificados difíciles de interpretar
No tiene conciencia del propio “yo”
(de ahí que no sepa que existe un “tú” con el que comunicarse)
Dificultad en compartir su mundo
con los demás.
No señala con el dedo índice algo
de su interés, no pide con gestos, no alarga el brazo para que otro le acerque
lo que quiere.
No gorjeo, balbuceo con diferencias.
Esto se debe a dificultad en imitación de sonidos o gestos
No responde al oír su nombre
CONDUCTA, ACTITUDES, SUEÑO Y JUEGO
Pasividad
Inflexible, resistente a los
cambios (por dificultad en poder anticipar)
Se muestra indiferente a algunos
sonidos "parece sordo"
Sueño alterado. Le cuesta dormirse y se despierta rápido
Insomnio silencioso: despierto en cuna sin hacer ruido ni
reclamar atención
Juego peculiar con juguetes durante largo
tiempo: los apila, los pone en fila, los chupa
Dificultad de introducir "al
otro" en su juegoDificultad en desarrollar juego imitativo
Puede estar absorto en determinados
objetos o partes de estos
Desarrollo
normal del niño: de 18 a 36 meses
(De
1 año y medio a 3 años)
A los 18 meses
Oposicionista, dice "no" como primera respuesta a las
sugerencias
Diferencia entre sexos;
autoconciencia de quién es y qué le diferencia de los otros
Entiende estándares sociales
saludar y despedirse o cómo comportarse ante situaciones
Aumenta su comunicación verbal y no verbal (gestos,
expresiones) para indicar estado emocional
Su juego es más elaboradoJuega a hacer "como si" una cosa
fuese otra (juego simbólico)
Puede elaborar recursos para tolerar la ausencia de su
padres
Puede inferir estados mentales de otros e intuir lo que se espera de él
A los 24 meses
Reacciona ante extraños. Aparece la timidez
Se interesa por otros niños en el juego, busca la
relación entre iguales
A los 36 meses
Respeta turnos, comparte con iguales juegos, coopera más
Entre 18
y 36 meses (de 1 año y medio a 3 años)
Desarrollo dotes comunicativas: deseo de comunicar, explorar entorno y
relacionarse
Uso de la comunicación para reclamar atención del adulto, pedir o compartir
experiencias
Imitación verbal y gestual
Conocimiento de las partes del cuerpo suyo y el de los
demás
Aparece la inteligencia representativa: puede realizar
puzzles, torre de cubos, afrontar nuevas situaciones con recursos ya aprendidos
Posee representaciones mentales de los objetos
Pensamiento simbólico que le permite la imaginación y
contenidos más abstractos
Oposicionista, más rabietas, quiere las cosas
"ya"
Progresivamente aparece el juego simbólico: sustituye
unos objetos por otros, atribuye propiedades ficticias a una cosa, planificar,
secuenciar juegos, hacerlos complicados y fantásticos.
No quieren jugar solos y buscan a los demás
Signos de alerta para TGD o
autismo de 1 año y medio a los 3 años
En
este periodo las señales de alerta para un posible TGD o autismo son más
evidentes.
ASPECTOS SOCIO-AFECTIVOS
No participa en interacciones sociales sencillas: No
dice hola o adiós con la mano
Difícil compartir con él intereses o acciones
No busca a los padres en casa, ni para consolarse ni
pedir ayuda
Puede evitar la mirada del otro y el contacto físico
Puede pasar largo tiempo mirando al vacio o a un
objeto
Prefieren estar solos y hacer solos
muchas actividades
COMUNICACIÓN
Lenguaje verbal básico, alterado o no inicia lenguaje
expresivo. Posible mutismo
No responde preguntas sencillas. (Cómo te llamas?,
tienes hambre?)
No comprende prohibiciones
No miran los objetos que le señalan
Agarra de la mano al otro para pedir cosas.
CONDUCTA, ACTITUDES, SUEÑO Y JUEGO
Pasivo, absorto en sí mismo, no sensible a la
presencia de otros
HiperactivoRechazan cualquier cambio a sus rutinas
Gusto por sonidos atípicos (sonidos determinados:
lavadora, secador, TV, canción concreta)
Gusto por juegos de luz, alternancia
encendido-apagado, vaivén o rotación
Se irrita con facilidad o se exaltan sin motivo
aparente. Difícil calmarlo
Frecuentes movimientos estereotipados (balanceos,
aleteos, girar sobre sí mismo)
Su Juego principal no es compartido ni imaginado
Intereses limitados, poco funcionales e inflexibles
No participa en juego reciproco, compartiendo con
otros su interés (atención conjunta)
Dificultad en imitar
No realiza juego simbólico
Juegos repetitivos, se fija en partes del juguete
(ruedas coche, por ej)
Posible dificultad en controlar esfínteres
Desarrollo normal del niño de 3 a 6 años
En este
periodo empieza la escolarización y es cuando más evidentes se hacen las
carencias del área social y de lenguaje respecto a otros niños de su edad.
Serán muy importantes las intervenciones de cara al manejo de habilidades
sociales
Desarrollo esperado
entre los 3 y 6 años:
Muestran sus preferencias y rechazos hacia
otros niños
Expresan sus emocionesPueden exigir
explicaciones a algo que no les gustaCapaces de negociar para salir
beneficiados
Se relacionan con niños de su edad y crean
amistades
Preguntan el por qué de las cosas
Conscientes de su identidad sexual
Presentan un vocabulario más amplio,
mantienen conversaciones
Pueden captar los dobles sentidos e
ironías sencillas
A través del lenguaje puede manifestar lo
que le pasa por la mente
Adquieren hábitos cómo vestirse, calzarse,
comer solos
Adquieren aprendizajes y acceden a
aspectos del pensamiento más complejos
Signos de alerta para TGD o
autismo de 3 a 6 años
ASPECTOS SOCIO-AFECTIVOS
Retraimiento social, rigidez e independencia
No iniciativa en relación social, no saludan, invitan a jugar o expresan
sus deseos
Dificultad en comprender las
normas sociales
No contacto ocular cuando hablan o les hablanTienden a actuar de manera
inflexible, poco adaptada a los cambios
Les cuesta comprender los sentimientos de los otros de alegría, tristeza,
enfado
Dificultad en expresar con palabras sus sentimientos
Frecuentes rabietas sin motivo aparente
Presencia de temores inespecíficos
Pueden presentar miedo a cosas inofensivas y normalidad ante peligros
reales
Se interesan por los
animales, no les tienen miedo
COMUNICACIÓN
Retraso significativo del lenguaje oral en relación a sus iguales o éste
puede no aparecer
Los que sí hablan presentan habla monótona, carente de entonación y con
alteraciones del ritmo
Frecuentes ecolalias inmediatas o tras un lapso de tiempo repiten lo
que han oído
No mantienen interacción recíproca en una conversación. Dificultad en
respetar turnos
No espontaneidad y frases estereotipadas
Les resulta complicado expresarse con lenguaje corporal, expresión facial,
gestos, miradas
Dificultad para expresar verbalmente
lo que quieren
Habla no comunicativa, autoestimulante, o comunicativa pero sin sentido
emocional
Beneficioso la introducción de SISTEMAS
ALTERNATIVOS DE COMUNICACIÓN
CONDUCTA, ACTITUDES, SUEÑO Y JUEGO
Dificultad en adquirir algunos hábitos (vestirse, calzarse, abrocharse,
comer solos)
Dificultad en acceder a los aprendizajes donde lo simbólico esté en juego
Presencia de estereotipias, rituales, aversiones, preferencias inusuales
Gran resistencia a los cambios. Deseo de invariabilidad
Se irritan con facilidad, difíciles de calmar y tranquilizar
Conductas autolesivas: pellizcarse, morderse, arañarse, arrancarse el pelo,
golpearse con la pared
Conductas autoestimulantes: balanceos, restregarse, repetición de palabras
Escuchar repetidamente una canción o simple música
Andar de puntillas, o poner posturas inusuales
Resistentes y reacios a
cambiar de ropa y adecuarse a la estación del año
Resistentes al dolor, (su umbral del dolor parece más amplio) y/o
hipersensibles
Psicomotricidad torpe
Baja tolerancia a la frustración
Dificultad y resistencia al control de esfínteres. Control de esfínteres
deficitario
Dificultad de adaptarse a contextos nuevos
Puede comer mal , seleccionar alimentos según textura o sabores
Sueño alterado, dificultad en conciliarlo o no
dormir varias horas seguidas, despertándose con facilidad
Juego alterado, no suelen jugar, prefieren
explorar objetos, centrarse en partes del mismo
No suelen buscar otros niños para jugar, suelen juagar solos
Alinea, apila, ordena objetos
Al tener dificultad con la simbolización n o acceden al juego simbólico
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